miércoles, 9 de octubre de 2013

La formación de un visionario


Un adolescente con amplios conocimientos y firmes pensamientos era el nuevo Simón.  En medio de hermosos amaneceres a la fresca brisa de la mañana; Simón Rodríguez le enseño a leer, con firmeza y suavidad le enseño a escribir; nunca le impuso al pequeño Simón obligaciones, ni tareas, mucho menos horario; por el contrario, le daba la libertad de aprender sin presionarlo; sus enseñanzas transcurrían a cualquier hora del día, en cualquier parte de la casa, El maestro siempre le demostró afecto y apoyo, se interesó por sus pasatiempos, sus juegos y por sus problemas. El Maestro y su discípulo compartían y dialogaban de las cosas cotidianas de la vida, convirtiéndose en grandes amigos. Poco a poco el niño crecía, para fortalecer su cuerpo y su alma realizaba fuertes ejercicios y largas caminatas por la hacienda San Mateo, siempre en compañía de su maestro.

Como la mayoría de los jóvenes de familias influyentes de la sociedad recibió clases privadas en su casa.  La educación de Simón fue complementada con las ideologías del Doctor Andrés Bello, el mejor humanista de todos los tiempos; un amante de la poesía, que indujo a Simón por los caminos de la literatura, que le daría a su corazón de temple, apasionado y el amor por la Libertad.  Bello se hizo eterno en sus escritos, por la manera en que le enseño a escribir a través de la poesía, la literatura y los conocimientos de historia y geografía.  El padre Andújar muy admirado por aquellos tiempos le enseño matemáticas. En Europa, culminó sus estudios en la academia de San Fernando de Madrid; allí también aprendería esgrima, danza y equitación. También estudió dibujo topográfico, geografía y física.

En 1798, a la edad de 14 años, el joven simón, (-Mi Simón-), abandona su niñez al ingresar como cadete al ejército de su majestad, el Rey de España. Poco después el 4 de julio de 1799 es ascendido a subteniente. En la Guaira sube a la embarcación San Ildefonso, un navío con la máxima perfección de la época, compuesto por dos cubiertas y con setenta y cuatro cañones, que iba rumbo a Madrid, pasando por Cuba y México.  Este sería el primero de una serie de viajes que harían parte de la trayectoria del Libertador, quien a los 15 años contaba con una importante posición social y muchas cartas de recomendación; en este viaje se disponía a abandonar por primera vez su país para transformarse en hombre de mundo. Este viaje a España le permitiría continuar con sus estudios y estar al lado de su querido tío Don Esteban, con quien podría llevar una vida más tranquila y amena. En Madrid lugar de residencia del Rey y de la gran corte Española, había grandes bibliotecas, centros culturales y reconocidos maestros; allí el joven Bolívar centró su interés en la filosofía, el estudio de las lenguas y la política.  También, viajó a Francia  y visitó la ciudad de París, que en ese entonces era una de las ciudades más importantes de Europa.


A la edad de 19 años, conoce a quien sería su esposa, María Teresa Josefa Antonia Rodríguez del Toro una hermosa joven de familia criolla, nacida en Madrid.  La feliz pareja ahora unida en santo matrimonio decidió embarcarse rumbo a Venezuela donde establecerían su hogar; pero la felicidad duro muy poco, la muerte se hizo presente llevándose a María Teresa, tras padecer los terribles síntomas de la fiebre amarilla.

1 comentario:

  1. Este material debe ser incluido como instrumento de enseñanza, esta bastante complejo y dinámico, muy a acorde las ilustraciones a la temática narrada. Ademas esta muy bien diagramado y bien utilizado la paleta de color. Buena suerte con este proyecto.

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