domingo, 13 de octubre de 2013

Bolívar y Manuelita Sáenz

Durante los años siguientes la oposición española fue eliminada y poco a poco, el poderío español se desvaneció. Con la victoria del general Antonio José de Sucre sobre las fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha el 23 de mayo de 1822, el norte de Sudamérica fue liberado. Después de ésta gran victoria, Bolívar preparó su ejército para avanzar por los Andes y liberar al Perú; un territorio de abundante riqueza que era gobernado por un Virrey que representaba el poder de la corona española. Desde el Sur del continente José de San Martín también luchaba por una América libre; El 26 de julio de 1822, en Guayaquil, Simón Bolívar tuvo una conferencia con José de San Martín para discutir una estrategia para la liberación del Perú. Nunca se ha sabido que ocurrió en esa reunión secreta entre estos dos grandes personajes latinoamericanos; poco después, San Martín volvió a Argentina mientras Bolívar se preparó para la lucha contra el último bastión español en Sudamérica. 

Al conocerse la noticia de la victoria de Simón Bolívar en la batalla de Ayacucho se sellaría la libertad del Perú. El pueblo se preparaba para darle una gran bienvenida, las calles estaban repletas, adornadas con flores y banderas, sonaban trompetas y revolantes que anunciaban su llegada. 


Yo por mi parte, observaba desde el balcón de mi casa, ansiaba conocerle, ver el rostro del hombre protagonista de tantas hazañas que la gente contaba. De repente, lo ví venir, montado sobre su caballo Palomo; no pude contenerme y al estar cerca de mi balcón, arroje una corona de laureles, cubierta de rosas que debió haber caído a sus pies; pero, por cuestiones del destino, cayó sobre su pecho. Me ruborice, me sentí torpe por el error que acaba de cometer; error que fue correspondido con una bella sonrisa y un saludo con sombrero de parte de mi Libertador, esa fue nuestra primera mirada…Primera mirada que se prolongó. Al anochecer asistí al baile de bienvenida del Libertador, me vestí de blanco, con un traje que llegaba hasta los pies; el cabello recogido y pendientes dorados; así me vio Simón por segunda vez ese mismo día. Nuevamente, nuestras miradas se cruzaron mientras yo descendía por las escaleras; me ofreció la mano y conversamos mientras compartimos un par de copas de vino. 


Aún recuerdo sus palabras, las primeras líneas que compuso para elogiarme: “Hermosa señora mía, si mis soldados tuvieran su fina puntería estoy más que seguro que hubiéramos derrotado a España”

Durante su estadía en Perú fuí para él una constante compañía, un día me propuso que viajáramos a Santa Fe de Bogotá. No me importó estar casada, pues a pesar de las comodidades nunca pude amar a un esposo al que fui entregada, por mi padre. Decidí abandonarlo todo por el amor que sentía por el libertador; aunque mi reputación fue manchada y muchos hablaban mal de mí, no me arrepentí nunca. Siempre fui una mujer libre. 

Tras la independencia del Perú, la campaña de independencia quedó concluida, Bolívar pudo renunciar a sus poderes militares ante el Congreso del Perú, el 10 de febrero de 1825. Posteriormente partió hacia el Alto Perú, El 6 de agosto de 1825 el Mariscal Sucre en el Congreso del Alto Perú creó la República de Bolivia en honor de Bolívar. Se promulgó la Constitución de 1826, que aunque nunca estuvo vigente, fue escrita por Bolívar. En este mismo año se realizó el Congreso de Panamá, que fue la primera conferencia hemisférica. Sin embargo, la unidad duraría poco, debido a rivalidades personales entre los generales de la revolución, en 1827 explotaron guerras civiles que destrozaron la unión sudamericana por la cual Bolívar había luchado”

1 comentario:

  1. me encanto, le mostre a mi profesora y dijo que esta muy bonito y que el otro año vamos a leerlo en clase.muy lindo.

    ResponderEliminar